una entrada al cole diferente


Uno de los principales problemas de muchas de nuestras escuelas son las entradas y salidas y el poco espacio que hay entre la calzada y la puerta del colegio para la cantidad de niños que salen de repente. Además para llegar a los colegios, los niños tienen que realizar un recorrido que no siempre es lo seguro que debería de ser, ni lo adaptado que debería de estar a los niños, por eso existe una actuación llamada “camino escolar” [a la que ya dedicaremos un post en otra ocasión].




En este blog os hemos presentado en varias ocasiones actuaciones existentes para llevar a los niños al colegio, normalmente en otros países, pero la que os traemos hoy está realizada en España, en Madrid concretamente.


estado inicial
Con motivo del proyecto “Madrid a pie, camino seguro al cole” el AMPA del colegio y el colectivo pezarquitectos analizó el entorno del colegio Nuestra Señora de la Paloma incluidos sus accesos. Según ellos mismos: “Se hicieron varias acciones reivindicando los espacios públicos existentes para el barrio y los niñ@s, en un intento de recuperar la calle y hacerla segura, favoreciendo la autonomía infantil y fomentando una sensibilización desde la infancia al concepto de lo público”



Como hemos dicho al principio uno de los problemas principales de nuestras escuelas son los accesos y ésta no iba a ser menos: muy pequeño y demasiado pegado al viario con la consecuente falta de seguridad y posibilidad de atropello a los menores tanto en el momento de salida como en el de entrada.


Así que, con el objetivo de mejorar este acceso,  se creó el tallerTabernillas, un taller en el que colaboró todo el mundo, no sólo participaron los profesionales, también lo hicieron los niños, los padres y la gente del barrio en general. El taller consistió en darle al colegio el acceso que no tenía, se eliminaron 3 plazas de aparcamiento para hacer este espacio más ancho y se restringió el paso de vehículos en horarios de entradas y salidas del colegio [mañana, mediodía y tarde].






Hasta aquí es fantástico, pero además pintó el suelo de colores, en las plazas de aparcamiento pusieron unas jardineras banco hechas por ellos mismos [convirtiéndose en el mobiliario urbano perfecto] y colocaron una barrera hecha con la palabra “colegio” para evitar el paso de vehículos en horario restringido. El objetivo prioritario era adaptar el acceso a las necesidades y seguridad de los niños, pero hay muchas formas de hacerlo: esta vez se decidió convertir un espacio de la ciudad en un espacio divertido y lleno de colorido, en lugar de simplemente colocar una barrera sosa y unos pilones para que los coches no aparcasen, y en lugar de realizar unas obras ruidosas e incómodas, se decidió montar una fiesta en la que todo el mundo pudiese participar y que diese como resultado este proyecto.













Y el resultado:














imágenes vía taller tabernillas



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